BENITO JUÁREZ: UNA FIGURA CLAVE PARA LA LEGITIMACIÓN DEL PODER EN EL ESPACIO PÚBLICO DE AGUASCALIENTES

Benito Juárez ha sido una figura histórica recurrentemente utilizada por diversos gobiernos para legitimar su poder, ya sea mediante su imagen, la edificación de monumentos o la organización de conmemoraciones cívicas en espacios públicos. Su natalicio y muerte han sido motivo constante de homenaje, transformándolo en un símbolo patrio.

Entre 1872 y 1972, su figura fue evocada a través de múltiples expresiones: rituales funerarios, mascarillas mortuorias, bustos, pinturas, retratos, ensayos, obras de teatro, discursos, poemas en la prensa, el muralismo y hasta en el cine. Su memoria se convirtió en un elemento central del discurso nacional.

La noticia de su fallecimiento, ocurrida el 18 de julio de 1872, llegó a Aguascalientes al día siguiente por telegrama. Pronto, la prensa oficial comenzó a difundir su biografía. En 1873 fue declarado Benemérito de la Patria y desde entonces, cada 18 de julio, la bandera nacional ondea a media asta en los edificios públicos como señal de duelo.

En México, el natalicio de Juárez comenzó a conmemorarse oficialmente en 1891, lo que transformó el antiguo rito funerario en un culto cívico de alcance nacional. No obstante, en Aguascalientes estas celebraciones ya se realizaban desde el 21 de marzo de 1885, cuando también se izó la bandera en su honor. Desde entonces, la prensa local ha recordado cada año tanto su nacimiento como su fallecimiento.

Curiosamente, en Aguascalientes primero se celebró públicamente el aniversario de su muerte, y después su natalicio. Una muestra de ello fue la conmemoración de 1902, cuando el gobierno estatal colocó la primera piedra del monumento a Juárez en la Plaza Principal.

El natalicio no fue homenajeado en el espacio público hasta 1906, con motivo de su centenario. Ese año se realizaron varias festividades, entre ellas, el cambio de nombre de la antigua calle del Relox por el de Juárez. En 1908, para seguir conmemorando su nacimiento, se inauguró el alumbrado eléctrico del monumento y se llevaron a cabo actos cívicos con recitales literarios y la interpretación del Himno a Juárez.

Estas acciones tenían una finalidad clara: llevar un mensaje patriótico al mayor número de personas, reforzando así el poder del Estado.

Durante los gobiernos revolucionarios y posrevolucionarios, la figura de Juárez continuó siendo utilizada para legitimar el poder, aunque con un enfoque distinto al del porfiriato. En lugar del Juárez institucional, se promovió una imagen de Juárez como luchador social.

En Aguascalientes, las conmemoraciones luctuosas de Juárez durante este periodo se vincularon también al recuerdo de Álvaro Obregón, asesinado el 17 de julio de 1928. La Dirección de Acción Cívica del Estado organizaba actos cívicos en memoria de ambos personajes, aunque Juárez siempre ocupaba el lugar central. Estas ceremonias se realizaban no solo frente al monumento ubicado en la Alameda desde los años 20, sino también en la Plaza Principal, para garantizar mayor difusión del mensaje patriótico. Un ejemplo de esto fue el programa conmemorativo de 1951, del cual aún se conserva el cartel original.