EL RETABLO BARROCO DE LA PARROQUIA JESÚS NAZARENO DE JESÚS MARÍA
- Aguascalientes de México

- 23 jul
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El retablo es una estructura ornamental que se encuentra detrás de los altares de las iglesias generalmente con elementos decorativos de gran belleza: los hay de madera labrada dorada, mármol, piedra y otros materiales.
En la Nueva España la construcción del retablo se generalizó en el Siglo de las Luces a raíz de la aparición del estilo barroco; el uso de las pilastras y columnas estípites fue introducido por Jerónimo de Balbás a principios de la centuria, siendo Felipe de Ureña el que extendió su empleo por todo el bajío mexicano. En la villa de Aguascalientes la difusión del barroco como un nuevo estilo decorativo y constructivo se manifestó con mayor fuerza a mediados del siglo XVIII en edificios religiosos pero también en retablos que fueron confeccionados para adornar los altares de los templos.
El principal impulsor de la construcción de retablos en la villa de Aguascalientes fue Manuel Colón de Larreátegui, cura párroco de Aguascalientes entre 1733-1758, a quien se le debe la conclusión y dedicación del templo parroquial el 4 de octubre de 1738, tanto en lo que se refiere a su portada de estilo barroco salomónico como a la ornamentación del mismo, pues renovó los altares y agregó un precioso retablo, el cual se estrenó el 25 de octubre de 1744; el retablo contenía catorce estatuas y siete angelitos, fue fabricado en la ciudad de México en el taller del afamado constructor y armador Felipe de Ureña. Al parecer Ureña mandó a su yerno Juan García López de Castañeda para que lo montara, pues sabe que fueron socios en el negocio de los retablos hasta el año de 1750; posteriormente Castañeda trabajó por su cuenta hasta su muerte en 1763.
En los albores del siglo XVIII se fundó el pueblo de indios de Jesús María de los Dolores y pronto sus habitantes se dieron a la tarea de construir un templo, el cual se inició hacia 1720. Sin embargo, durante varios años los avances fueron pocos, por lo que a la llegada de Colón de Larreátegui a la parroquia de la Villa de Aguascalientes, éste los animó en el año de 1735 para que continuaran con la edificación, la cual se dedicó el 8 de febrero de 1750, como reza el Libro Primero de Gobierno de la Parroquia de la Asunción:
"[…] La Iglesia estaba comenzada y en cimientos el año de 1735, suspensas y sin proseguirse hacía algunos años. Y a los 20 de febrero del mismo año del 35 se dio principios a su progreso, concurriendo los indios con su trabajo y acarreo de piedra y cal […] El retablo era el viejo que tenía esta parroquia de San José (se refiere al retablo no a la parroquia), por el que dieron 100 pesos los indios de dicho pueblo, que se aplicaron en el nuevo que se construyó en esta Iglesia Parroquial".
El retablo tal vez fue traslado a la iglesia del pueblo de Jesús María entre 1750-1753, una vez inaugurado el nuevo retablo del señor San José en la parroquia de la Asunción.
Desde el siglo XIX el retablo permaneció oculto en el templo de Jesús María escapando a la corriente de destrucción del barroco tras la aparición del neoclásico. Hoy en día el retablo es una joya colonial que forma parte del patrimonio cultural material de Aguascalientes que vale la pena ser visitado y admirado, pues su estructura y forma es de gran belleza, por lo que todos los parroquianos de Jesús María deberían cuidar y divulgar esta joya colonial, ya que, lo que no se conoce no se valora.

