- Aguascalientes de México
El segundo hijo(a) llega para acomodarse donde puede
El segundo hijo(a) llega para acomodarse donde puede, dentro de un equipo de 3 que le estaba faltando una pizca de acción, alguien que sacudiera la estructura y aportara su aire nuevo. Es una bendición

Desde su llegada, y antes de que pudiera abrir los ojos, hay alguien que araña el metro de altura y lo inspecciona tratando de entender quién es ese intruso que ahora roba las miradas y un tiempo que antes era sólo para él.
Mientras intenta descifrar qué está pasando, aprovecha y le mete el dedo en la nariz "a ver qué pasa", y estornuda repartiendo pestes y gérmenes por doquier. Tirones de pelo, besos pegajosos y mordidas a escondidas que descubro más tarde por algún moretón alcahuete.
El segundo se va a la banca y se hace fuerte a la fuerza. No conoce la exclusividad ni sabe lo que es una siesta en silencio. Espera paciente, en su cuna heredada, que alguien lo venga a rescatar. Ve la luz del sol antes del mes y aprende a defenderse antes de tiempo.
Encara la vida un tanto reo y desaliñado, es experto en el arte de compartir. Más salvaje y avivado, el segundo viene más agrandado. Sin tanto reloj y rutina, con menos exigencias y pretensiones pero con muchas (¡tantas!) enseñanzas. Convive con un compañero de vida que a veces es aliado que lo hace reír pero también llorar, y el que es su ídolo indiscutido.
Con el segundo, archivo el video monitor y tiro por la borda el manual de instrucciones de mamá. Él me enseña la difícil tarea de reírme de mí misma y me obliga a amigarme con la imperfección. Aprendo que no puedo controlarlo todo y que hay cosas que es mejor dejar pasar...Pero sobre todo, descubro que el corazón es el único músculo que puede agrandarse el doble... en "un segundo". @una_mama_en_aprietos @momisdrawing