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EL VISITANTE DEL CAMPO: LA PRESENCIA DE CALVILLO

  • Foto del escritor: Aguascalientes de México
    Aguascalientes de México
  • 1 jul
  • 2 Min. de lectura
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En las afueras de Calvillo, Aguascalientes, entre los sembradíos de guayaba y los caminos de tierra que serpentean hacia los cerros, existe un lugar que los lugareños evitan mencionar de noche: El Llano de los Sauces.

Dicen que ahí, justo donde las luces de las casas apenas alcanzan a iluminar los potreros, algo comenzó a aparecer. Primero fueron los perros: ladraban con furia hacia la nada, se escondían debajo de los tanques o huían en medio de la madrugada. Luego, vinieron los rumores. Una sombra alargada, delgada, de andar torcido, que cruzaba los campos sin hacer ruido, como si flotara… pero dejando huellas.

Las cámaras de seguridad de algunas casas captaron una figura extraña. Algunos videos se viralizaron en grupos locales de WhatsApp. En uno de ellos, grabado a las 3:12 a. m., se ve cómo algo parecido a un hombre sin rostro se asoma por una barda baja en la comunidad de La Labor. Su cuerpo es flaco, casi huesudo, y su cabeza parece moverse en un ángulo imposible. La imagen es borrosa, pero el escalofrío es real.

La policía municipal acudió una noche, alertada por gritos. Lo encontraron todo en silencio, pero los gallos cantaban fuera de hora. Una patrulla no volvió a pasar por esa zona sin dos elementos más.

Algunos ancianos lo llaman “El Viajero”. Dicen que aparece cada ciertos años, cuando las lluvias son pocas y la tierra se agrieta. Que viene desde el cerro, o quizás de más abajo. Que se alimenta del miedo. Uno incluso juró que en 1987 lo vio pasar frente a su casa en Ojocaliente, y que desde entonces duerme con la luz encendida.

Lo más inquietante es que los avistamientos coinciden con las noches sin luna. Siempre alrededor de las 3 a. m., siempre cerca de sembradíos abandonados. Lo curioso es que las cámaras que lo captan suelen dejar de funcionar justo después. Como si él supiera.

Calvillo es conocido por su belleza, sus guayabas, su Basílica y su gente buena. Pero en los márgenes del pueblo, en lo más hondo del campo, algo camina todavía. Esta misma semana, un joven subió a Facebook un clip desde su casa en El Cuervero. La silueta está de nuevo allí. Igual de flaca. Igual de torcida. Igual de silenciosa.

El video fue eliminado a las pocas horas. La cuenta del joven fue cerrada. Nadie ha sabido más de él desde entonces.

 
 
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