HISTORIA DEL TEMPLO DE LA SALUD: UNA OBRA INCONCLUSA Y LLENA DE MEMORIA
- Aguascalientes de México

- 24 nov
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Los muros de este antiguo templo fueron levantados con matacán, mientras que sus cubiertas originalmente se sostenían mediante bóvedas apoyadas en robustos arcos. Las fachadas lucen marcos y remates de cantera aparente que todavía conservan ese aire tradicional que distingue a las construcciones antiguas.
La estructura primigenia del templo nunca llegó a completarse: las naves principales quedaron sin techumbre y lo que hoy conocemos como templo era, en realidad, la sacristía. Aún se pueden ver pilastras adosadas y restos de muros que formaban parte del acceso principal proyectado. En 1873, bajo la guía del padre Manuel de Jesús García, los habitantes se comprometieron a trasladar el material necesario desde las inmediaciones del bordo del Cedazo.
En aquella época, las construcciones del barrio solían hacerse con matacán del Cedazo y con adobe blanco, materiales típicos que dieron identidad al Barrio de la Salud. Muchas de esas casas, hechas con esas técnicas tradicionales, todavía siguen en pie.
La historia contada por los vecinos relata que, aunque la gente comenzó a llevar materiales, primero se edificaron la Casa de Piedra China y la Casa de San José. Esto retrasó mucho el avance del templo y el desánimo hizo que la obra se abandonara por un tiempo. Más tarde, el 5 de agosto de 1884, un grupo de habitantes del Barrio del Encino pidió formalmente un nuevo templo dedicado al Señor de la Salud, pues buscaban un espacio digno que reemplazara la antigua capilla del panteón. El arzobispo de Guadalajara, Pedro Loza, aprobó la solicitud y así comenzó la construcción del templo de La Salud, que al inicio recibió el nombre de El Calvario, aunque nunca llegó a concluirse.
El proyecto original contemplaba un edificio de dimensiones notables, incluso pensado para rivalizar con el templo del Encino. De hecho, la parte que hoy funciona como nave principal era solo la sacristía del diseño original. Al frente había majestuosas escalinatas que desaparecieron cuando se creó el jardín que rodea el templo.

