El Día de Muertos es una festividad mexicana que celebra y honra la memoria de los seres queridos que han fallecido. Se celebra el 1 y 2 de noviembre, coincidiendo con las celebraciones católicas de Todos los Santos y los Fieles Difuntos. Este día es una combinación única de tradiciones indígenas y creencias católicas, que se mezclaron desde la época colonial.
En el Día de Muertos, las familias mexicanas preparan altares u "ofrendas" en honor a los difuntos. Los altares suelen incluir:
1. Fotografías de los difuntos.
2. Velas, que representan la luz para guiar el camino de regreso de las almas.
3. Flores de cempasúchil de color naranja brillante, que se utilizan para marcar el camino de los espíritus.
4. Comida y bebida favorita de los difuntos, como tamales, mole, pan de muerto, frutas y tequila.
5. Calaveritas de azúcar o chocolate, que simbolizan la muerte de una forma alegre.
6. Papel picado, que representa el viento y la fragilidad de la vida.
Una parte importante de esta festividad es la creencia de que las almas regresan a convivir con los vivos. Se cree que el 1 de noviembre es el día en que regresan las almas de los niños (llamados angelitos) y el 2 de noviembre es el día en que regresan los adultos.
La celebración incluye música, danzas y desfiles, como el desfile de Día de Muertos en Ciudad de México. Además, en muchos pueblos, los cementerios se llenan de vida y color, ya que las familias decoran las tumbas de sus seres queridos y pasan la noche ahí, compartiendo historias, comida y música.