Para mantenerse saludable, es recomendable consumir un promedio de 2.5 litros de agua al día. El agua no tiene que ser necesariamente incolora e insípida, ya que también se puede obtener de frutas, verduras, legumbres y alimentos caldosos.
Además del agua, se pueden ingerir otras bebidas que no solo satisfacen la sed, sino que también aportan nutrientes al organismo. Por ejemplo, se puede preparar un "suero" casero con agua mineral y refresco de manzana para hidratarse durante el ejercicio. También existen otras recetas para elaborar bebidas rehidratantes.
Es importante tener en cuenta que cada persona reacciona de manera diferente a la compensación de líquidos, dependiendo de su condición física y del tipo de ejercicio que realice. Por lo tanto, es necesario adaptar la ingesta de estas bebidas a las rutinas de entrenamiento.
El consumo de agua en personas que hacen ejercicio no debe alterarse, pero se debe poner atención en la variación de electrolitos porque la mayoría de los individuos puede perder hasta un litro de agua por cada hora de activación física.
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