El lobo (Canis lupus) es un mamífero carnívoro que pertenece a la familia de los cánidos, la misma familia de los perros domésticos. Son animales sociales que suelen vivir y cazar en manadas, lideradas por una pareja dominante, conocida como la pareja alfa. Esta estructura jerárquica es clave para su supervivencia, ya que permite una mejor coordinación durante la caza y el cuidado de las crías.
Los lobos tienen un rango de hábitat muy amplio, desde bosques y tundras hasta montañas y praderas, y se encuentran en varias regiones del hemisferio norte, principalmente en América del Norte, Europa y Asia. Su tamaño varía según la subespecie y el lugar donde viven, pero en promedio pueden medir entre 1 y 1.6 metros de largo, y pesar entre 30 y 80 kilogramos.
Son animales muy inteligentes, con un alto nivel de comunicación entre ellos, que incluyen aullidos, gruñidos, ladridos y lenguaje corporal. Los lobos aúllan para comunicarse con su manada o advertir a otros lobos de su presencia.
En cuanto a la alimentación, los lobos son cazadores oportunistas y suelen cazar presas grandes como ciervos, alces, bisontes, y también pequeños mamíferos cuando es necesario. También pueden alimentarse de carroña si la caza es escasa.
Los lobos han tenido una relación histórica compleja con los seres humanos. En algunas culturas se les teme y se les considera una amenaza para el ganado, mientras que en otras son admirados por su fuerza, lealtad y capacidad de liderazgo. Lamentablemente, la persecución y la destrucción de su hábitat natural han llevado a la reducción de sus poblaciones en algunas regiones.
