El roedor de la familia de los múridos, que habitaba en el Cayo Bramble (Australia), fue avistado por última vez en 2009, según el zoólogo y biólogo estadounidense James Watson en su artículo "Recuperar el cambio climático del futuro" (2016) publicado en la revista Nature. Aunque la confirmación de su extinción se dio diez años después.
Watson reconoce que esta extinción es diferente a otras, ya que "refleja un problema generalizado sobre cómo pensamos e informamos sobre el cambio climático".
El experto argumenta que la desaparición de estos mamíferos fue causada por el aumento del nivel del mar en las costas australianas y la alteración del ecosistema en la isla donde habitaban.