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Antes de que las parejas se casen, sus familias y amigos cercanos se reúnen para una divertida aventura. En esta ocasión, se les pide a todos los invitados que rompan objetos como platos, macetas, azulejos e incluso fregaderos y tazas de retrete, pero se prohíbe romper vasos y objetos de cristal, ya que simbolizan la felicidad. A veces también se incluyen objetos metálicos como latas o tapones de botellas. Esta tradición pretende mostrar a la pareja la importancia de la unidad y el esfuerzo necesario para que su matrimonio funcione. Sin duda, es un comienzo interesante para su vida juntos, y seguramente las cosas solo pueden mejorar a partir de aquí.