La sopa de tortilla, también conocida como sopa azteca, es un platillo tradicional de la cocina mexicana que se destaca por su simplicidad y riqueza en sabores. Se trata de una sopa elaborada a base de caldo de jitomate, sazonada con especias como ajo, cebolla y chile, a la que se le agregan tiras de **tortilla de maíz frita** justo antes de servir, lo que le da una textura crujiente y un sabor característico.
Ingredientes principales:
- Tortillas de maíz: Se cortan en tiras finas y se fríen hasta que estén crujientes.
- Jitomate: Es la base del caldo, que se licúa y se cocina con cebolla y ajo.
- Chile pasilla o guajillo: Estos chiles secos le aportan un sabor ahumado y picante.
- Ajo y cebolla: Sazonan y dan profundidad al caldo.
- Epazote: Un toque de esta hierba aromática le otorga un sabor típico mexicano.
Ingredientes opcionales:
- Crema: Se sirve como aderezo para darle suavidad al platillo.
- Queso fresco o panela: Generalmente desmoronado por encima.
- Aguacate: Se coloca en rodajas sobre la sopa para agregar textura y frescura.
- Chicharrón: A veces se agrega para aportar más textura y sabor.
- Limón: Para darle un toque cítrico y fresco.
Preparación:
1. Se fríen las tiras de tortilla hasta que estén doradas y crujientes.
2. Se hace un sofrito con jitomate, cebolla, ajo y los chiles (previamente tostados y remojados).
3. Se licúa todo junto con caldo de pollo o agua y se cocina a fuego lento.
4. Una vez que el caldo está listo, se sirve caliente y se agregan las tiras de tortilla frita, así como los ingredientes opcionales como crema, queso y aguacate.
Es una sopa sencilla pero llena de sabores intensos, con una combinación perfecta entre lo crujiente de las tortillas, lo suave del caldo y los ingredientes frescos como el aguacate y la crema. ¡Un verdadero clásico de la gastronomía mexicana!
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